Érase una vez una niña que sus padres le compraron una cometa. Entusiasmada la niña les preguntó si podía ir a jugar con ella. Mientras la probaba, vino una corriente muy fuerte de viento y la niña empezó a elevarse con ella.
Cuando quiso darse cuenta estaba viendo su jardín desde lo alto del cielo y poco después estaba tocando las nubes hasta que se fue al espacio, vio a un extraterrestre y, por si acaso, decidió volver a la tierra. Desde las alturas vio su tía Susana, la saludó pero ésta no le oía y su madre estaba muy preocupada, el padre salía en ese momento del trabajo y vio algo en el cielo pero no supo muy bien lo que era. La niña ya se estaba aburriendo, quería bajarse pero no podía por lo que se planteó soltar. Aprovechó para hacerlo cuando pasaban por encima de una fábrica de almohadas. Aterrizó sobre una almohada verde y blandita, después fue a merendar. En su casa estaban sus padres y su amiga Victoria (del colegio) que parecía enfadada con ella por llegar tarde a su cita de amigas, pero tras contarle lo sucedido me perdonó.
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