NARRADOR: Había una vez en un castillo en la cima de un pueblecito, llamado EL CASTILLO ENCANTADO. En unas vacaciones de la familia Gómez, paseaban por aquel pueblecito solo por curiosidad tenían tres hijos. El mayor se llamaba José, el mediano Jesús y la pequeña Marta y los padres llamados Juanjo y Elena.
La familia pasó allí los tres meses de verano, en el hotel llamado EL HOTEL DE LA PLAZA, ese hotel estaba a 10 kilómetros del castillo encantado. La familia estaba un poco disgustada con el hotel porque no había servicio de habitaciones, tampoco había bufete libre y tampoco ascensor. Tenían que subir 10 pisos por las escaleras, hasta que ya se cansaron del hotel y se fueron al CASTILLO ENCANTADO que resultó ser también un hotel.
José: Que castillo tan maravilloso, creo que aquí vamos a pasar las mejores vacaciones de nuestra vida.
Marta: Llevas razón hermanito, pero las paredes están un poco sucias ¿no crees?
Elena: No sé a vosotros, pero a mi este hotel no me da buena espina.
Jesús: ¿Por qué mama?
Juanjo: Es verdad Elena, ¿por qué no te da buena espina? si mira, este hotel es amplio como a ti te gusta, y tiene piscina, ascensor y bufete libre...
Elena: Si el hotel-castillo está muy bien, pero mirad el nombre; se llama EL CASTILLO ENCANTADO.
Marta: Pero mamá, el nombre no creo que tenga nada que ver con que esté encantado.
Narrador: Lo que la familia no sabe es que les espera las vacaciones más horribles de su vida.
José: Mamá, por favor vamos a subir a la planta de arriba, a ver como es.
Elena : Si yo creo que es buena idea ver el hotel donde vamos a residir estas vacaciones.
Narrador: Una vez ya arriba vieron las siete habitaciones que había, los cinco baños y las ocho salas de juego… Lo más misterioso es que a la derecha de todo había una puerta que no se podía abrir. Les cobraron de todas las maneras: Haciendo palanca, metiendo llaves, y metiendo tarjetas... Y no había manera de abrirla.
Juanjo: Maldita puerta, no hay marea de abrirla.
Elena: Que se esconderá tras esta puerta, que misteriosa es.
José: Olvidando esta puerta, el hotel es perfecto. Podemos elegir habitación, y podemos tener una baño cada uno. Va a ser PERFECTO.
Marta: Oye, podemos intentar abrir esta puerta, ¿No?
Juanjo: Pero Marta, hija, ya has visto que es imposible.
Marta: Bu... bueno vale.
Jesús (por lo bajo refiriéndose a Marta): Tranquila Marta, esta hecho, cuando todos duerman la intentamos abrir ¿Vale?
Marta: Pero Jesús y si nos pillan nos castigaran sin piscina.
Jesús: Pero Marta, tú sabes que José, papá y mamá, cuando cogen el sueño no se enteran de nada.
Marta: Bueno, venga, vale… a las cuatro lo intentamos.
Jesús: Perfecto hermanita.
Narrador: Una vez llegada las cuatro de la madrugada, Jesús y Marta intentaron abrir la puerta y lo consiguieron pero lo que vieron no fue nada agradable de ver.
Marta: ye Jesús ¿Esto qué es?
Jesús: Pues no lo sé hermanita, pero parecen manos, pies, dedos, cortados ¿No?
Marta: Pues sí, todo parece indicar que son partes del cuerpo cortadas.
Elena: Pero hijos que hacéis a estas hora de la madrugada despiertos.
Marta: Verás mamá, es que tenemos algo que enseñarte Jesús y yo.
Elena: Pues a que esperáis
Marta: Vamos allá, a la de una... no, no, no, espera. A la de una, a la de dos y a la de tres.
Elena: -¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHH!!!! Que ascazo.
Juanjo: Pero que gritos son esos, es que no se puede dormir o que pasa.
José: Eso digo yo, chilláis como si hubierais visto miembros cortados.
Marta: Es que hemos visto miembros cortados.
José: Venga ya, Marta ese tipo de bromas no tienen gracia.
Marta : José, no es ninguna broma, es verdad, y si no te lo crees mira en la puerta.
José dijo: AHHHHHHHHHHHHHH pero eso que es. Oye, Marta como has descubierto eso.
Marta: Bueno digamos que... Jesús y yo hemos abierto la puerta.
Elena: ¿QUÉ...? pero estáis locos.
Jesús: Mamá tranquila, solo queríamos averiguar por qué esa puerta no se podía abrir.
Juanjo: Pero como habéis conseguido abrir la puerta, si nosotros no lo conseguimos.
Marta: Descubrimos que detrás del marco, había una llave escondida que era la llave con la que se abría la puerta.
José: Pe... Pero... me pregunto, ¿que hacen esos miembros cortados ahí?
Narrador: La familia desconoce que en el hotel-castillo no solo residen la familia Gómez también reside el HORRIBLE FANTASMA DE LAS TINIEBLAS. La familia Gómez no se ha dado cuenta de que no han visto todo todavía. Les falta por ver el garaje que ahí es donde reside el HORRIBLE FANTASMA DE LAS TINIEBLAS.
José: Esto es un poco raro. Es como si aquí residiera una monstruo o un fantasma ¿No creéis?
Marta: Pero José si hubiera un fantasma no crees que nos hubiéramos dado cuenta.
José: Es verdad Marta, menuda tontería.
Elena: Chicos vámonos a la piscina a desconectar un poco, a lo mejor es todo imaginación nuestras.
Jesús: pero familia vamos a pensar un poco es imposible que haya fantasmas o monstruos, por la sencilla razón de que no existen.
Marta: - Pero Jesús es cierto que no existen, pero no hay otra explicación de que haya en esa habitación miembros cortados.
Jesús: La verdad es que es muy extraño y tengo en la cabeza varias preguntas como ¿Con qué han cortado esos miembros? ¿Dónde reside es autor de los hechos y quién es el autor de los mismos?
Elena: Jesús, como averiguaremos todo lo qué está sucediendo en este hotel-castillo.
Jesús: Mamá no lo sé, pero antes de que volvamos a casa lo averiguaremos.
Marta: ¿Por qué cuesta tanto encontrar un lugar donde pasar las vacaciones a gusto? Menudas vacaciones. Primero el hotel de la plaza, y después el hotel encantado.
Jesús: Tranquila hermanita que volveremos a casa todos a pesar de lo que nos pase aquí, te lo prometo.
Marta: ¿Me lo prometes?
Jesús: Te lo prometo, pero te lo prometo con una condición.
Marta: ¿Cuál?
Jesús: Que me ayudes en todo...
Marta: Vale, yo te ayudo en todo pero... pero espero que no haya que hacer nada como las últimas vacaciones, que tuvimos que desenterrar a un muerto, hacernos pasar por zombies...
Elena: Oye Juanjo no se oyen... no se oyen ruidos.
Juanjo: No sé Elena, yo no oigo nada. Serán imaginaciones tuya, aunque con lo que hemos visto no me extraña que tengas imaginaciones.
Elena: Juanjo no es ninguna imaginación, te digo que he oído ruidos abajo en el la cocina.
José: Mamá detrás de la tabla que estaba al lado de la escalera acabo de ver una puerta.
Elena ¿Qué? ¡Ay Juanjo! por favor, vámonos de aquí, que no se puede vivir con la angustia de que te pueda pasar algo, y sobretodo... sobretodo ¡¡¡¡¡¡¡ A NUESTROS HIJOS!!!!!!!
Jesús: Tranquila mamá, te prometo que no nos pasara nada, y además si mañana nos pasa algo nos vamos inmediatamente ¿Vale?
Elena: Vale estoy de acuerdo.
Que tiemblen Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges... pues ya están aquí los "relatistas" del futuro.
Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?
Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.
Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?
Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.
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