En un palacio cerca de las montañas de Hollywood, vivía una manga de camiseta. Le gustaba mucho bajar todas las tardes a sentarse al lado de las letras esculpidas en las montañas.
Le llamaban la manga larga, porque era muy larga, muy larga y muy fina; tenía rayas de colores blanco y azul que no acababan nunca y que no se le podían contar de tantas que eran.
Todos los días bajaba a tomar el sol y se refugiaba bajo la sombra de las enormes letras. A pesar de eso tenía mucho calor y por este motivo deseaba ser de manga corta.
Un día se encontró con otra manga larga que era muy feliz. Hablaron un rato y ésta le explicó que era mejor ser larga, pues de esta manera, en invierno se protegía del frío y en verano, si aprendía a remangarse no tendría calor.
La manga larga, con voz triste le dijo que el problema era que ella no sabía remangarse. Al instante, su nueva amiga le enseñó y desde ese momento, las dos fueron siempre juntas a todas partes; se ayudaron la una a la otra en todo y se hicieron amigas inseparables.
Que tiemblen Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges... pues ya están aquí los "relatistas" del futuro.
Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?
Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.
Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?
Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.
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Muy bueno. Nacho.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Nicole
ResponderEliminarEstá muy bien. Julia.
ResponderEliminarme gusto mucho.
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