El día de fin de año, todos estaban felices y contentos hasta que le dije a papá que faltaban cinco minutos para comer las uvas y para que sonaran las campanas.
Recordó que no había uvas y me dijo muy serio -Isaac he olvidado las uvas.
Yo me puse a gritar… y al terminar le pregunté -¿Cómo se te puede olvidar las uvas en un día como hoy?”.
Isaac ¿ahora qué vamos a hacer?- preguntó mi padre
Corre, salva nuestro fin de año- gritó mi madre
Vale, iré a comprar las uvas, papá.
Dicho y hecho. Fui rápidamente a por las uvas y al final todo se arregló. Yo llegué a tiempo y celebramos el fin de año campanada a campanada.
Que tiemblen Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges... pues ya están aquí los "relatistas" del futuro.
Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?
Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.
Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?
Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.
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me gusto mucho este cuento sige ai.
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