El año pasado, en Alicante, bajé a la piscina comunitaria. Estuve tres horas nadando y al salir descubrí que mi cuerpo era de chocolate. Recuerdo que había mucha gente; parecía que todos me quisieran comer. Salí corriendo, busqué una tienda que vendiera veneno, compré un bote y me lo eché.
No cesaron en la persecución; seguían queriendo comerme... Fue entonces cuando busqué otra tienda de veneno (pero de una buena marca). Al encontrarla, lo compré y me lo eché.
Desde ese momento pude pasear tranquilo por la calle, pude jugar y hacer una vida normal. Y todo ello sólo con una buena marca de veneno.
Que tiemblen Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges... pues ya están aquí los "relatistas" del futuro.
Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?
Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.
Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?
Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.
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Me ha gustado mucho, es muy divertido. De Jorge.
ResponderEliminarMuy bonito el cuento
ResponderEliminarEs muy bonito,escribes muy bien.De souad
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