Todo empezó una fría noche de invierno.
Toda la familia estaba en la mesa. Yo escuchaba una voz que decía: “¡Todos van a morir! ¡Todos van a morir!” pero no le hice caso. Pensé que era el viento. Cuando me di cuenta que la ventana estaba cerrada, se lo dije a mi madre, y ella me dijo: “vete a lavarte la cara, seguro que no es nada”.
Fui al baño. Cuando vi al muñeco de nieve con un cuchillo. Me quería matar. Salí corriendo. Mi familia se alarmó cuando supo lo que ocurría. El muñeco solo iba a por mí. Me caí. Me quería comer, pero la suerte hizo que mi primo Juan apareciera con una pala y le dio duro en la cabeza.
No sirvió de nada… no sé cómo paso pero el muñeco se hizo más grande.
Paró de nevar. Cuando mi madre gritó muy alto. No sé como paso, pero el muñeco de nieve se asustó. Se fue por las alcantarillas.
Más tarde, fuimos a la comisaría, le dijimos todo lo que había pasado, pero no se lo creían… decían que todos estábamos locos.
Fui a la casa de mi amigo Jason. El muñeco de nieve todavía iba a por mí… no sé por qué, pero se lo comió por mi culpa, se comió… se comió a mi amigo Jason.
Estaba en la terraza, tenía dos opciones. Tirarme o dejar que el muñeco de nieve me matase. Pero me tire.
Me desperté todo sudado, tenía el corazón a mil por hora y pensé “menos mal que todo ha sido un sueño”. Se lo dije a mi hermano, pero el no se lo creyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿QUÉ TE HA PARECIDO?