Había una vez, una familia llamada STINE. Este año las Navidades las iban a pasar en el bosque de Bradbury.
Era 22 de diciembre y todavía no habían comprado la cena de Noche Buena. El marido fue a comprar la cena con Hank, el mayor de los tres hijos. Cogieron el coche y fueron al pueblo más cercano que estaba a 10 kilómetros. El coche fue desapareciendo entre las tinieblas de la noche.
Mientras tanto en la cabaña, donde estaban la mujer y los dos hijos, se oían ruidos extraños, había sombras y se caían los platos.
Inmediatamente la mujer llamó al marido pero no cogía el teléfono.
Cuando el marido acabo de comprar, se dio cuenta que en ese pueblo estaba ese tendero, con una vestimenta extraña. Resulta que no había personas, pero sí sombras y ruidos. Los pocos coches que había, desaparecían solos. Cuando el marido miró hacia atrás vio una lápida en medio de la acera que ponía “PELIGRO”. Cuando llegó a la cabaña con su hijo, la mujer y él se contaron lo que había pasado. Salieron a dar un paseo porque creían que era un sueño y así se despertarían. Pero no. A quiñientos metros había un cementerio que ponía "Cementerio Jorobado".
Se giraron y entraron a un hospital: había gente muerta.
DÍA 24 DE DICIEMBRE.
Durante los preparativos de la cena las sombras seguían correteando. Llenaron la casa de crucifijos. Intentaron llamar a policía, médicos, bomberos… pero nadie cogía el teléfono.
Salieron fuera de la casa y al regreso no estaba la cena. Subieron arriba. Los regalos para el día 25 no estaban, y se fueron a cama aunque les costó conciliar el sueño. Lo extraño fue que al despertar los regalos estaban en el árbol, y además una nota que ponía: "TENED MUCHO CUIDADO".
Firmada por Papa Noel. Mientras seguían correteando las sombras y los ruidos extraños sonando.
Mientras tanto afuera estaba el tendero del pueblo comiéndose la cena. La familia STINE estaba preguntandose por qué se fueron a ese maldito bosque.
Cuenta la leyenda que en las Navidades de 1452 hubo una familia en una cabaña. Se proclamó un incendio donde murieron todos. Por eso había sombras y ruidos extraños.
Tras conocer lo ocurrido decidieron volver a la casa, y las camas, los sillones, las sillas... habían desaparecido.
Pensando y pensando llegaron a la conclusión de que el problema era grave y fueron a ver al anciano Peter James, y les dijo que todo lo que sucedía allí era paranormal, por eso nadie quería vivir en esa casa.
La familia regresó y decidieron irse de la cabaña embrujada, rumbo hacia otro pueblo para terminar de pasar las Navidades tranquilas y felices.
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