Que tiemblen Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges... pues ya están aquí los "relatistas" del futuro.

Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?

Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.

miércoles, 10 de abril de 2013

EL TAMBORILERO MÁGICO (FINAL DE SILVIA)

PARA VER EL COMIENZO DEL CUENTO, HAY QUE CLICAR SOBRE LA ETIQUETA DE GIANI RODARI O EL TAMBORILERO Y BUSCAR EL TÍTULO EN EL QUE PONE "COMIENZO"

El soldadito se olvidó del encantamiento que le hizo la viejecita y siguió su camino.

De repente sentado en un árbol se encontró con un niño rubio.

-Hola.
-Hola ¿Qué tal?
-Bien pero con hambre.
-Sí, pues si pudiera te ayudaría, pero no tengo ni para comer.
-¿Seguro? busca bien en tu mochila.
-Pero ¡si no tenía nada! y ahora mira dos trozos de pan.
-Huy que ricos ¿me das uno?
-No, te voy a dar los dos tú lo necesitas más que yo.
-Gracias.
-Chao.

Siguió caminando, y se encontró un viejecito.

-Hola.
-Hola ¿Qué tal?
-Bien pero con frío.
-Si pudiera te ayudaría pero no tengo con que ayudarle.
- ¿y en tu mochila qué llevas?
- Nada sólo mi tambor y … 2 jerseys de lana.
- ¿Me darías 1?
-¡No , le voy a dar los 2 para que quede bien abrigado!
-Gracias.
- Adiós soldadito.

El soldadito siguió su camino y llegó a su pueblo.

Después de la guerra su casa había quedado en ruinas y no tenía nada de nada.

Pensó – tocaré mi tambor y se me pasará el hambre y el frío.-
De repente todo el mundo empezó a bailar.

El soldado, no se acordaba del encantamiento de aquella viejecita.

Cuando él paraba de tocar la gente paraba de bailar, y le echaban monedas, así poco a poco y a base de tocar mucho pudo reconstruir su casa y comprar comida.

1 comentario:

  1. Hola Silvia soy Laura me a gustado tu relato, chao
    ya nos comunicaremos en la procxima carta chaoooo.

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