Que tiemblen Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges... pues ya están aquí los "relatistas" del futuro.

Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?

Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.

lunes, 11 de marzo de 2013

LA PANTERA ROSA

Todos sabemos que las panteras son negras pero la pantera que os voy a describir ahora no lo es.

La pantera rosa es así porque un día sus amigas decidieron gastarle una broma: ella estaba durmiendo planearon quitarle la ropa y pintarle de color rosa. Al día siguiente –como la pantera es muy coqueta- se fue a ver en el espejo y se dio cuenta que su cuerpo era de otro color. La pantera furiosa fue a ver a sus amigas, ellas le dijeron que eso se podía quitar con una esponja y jabón, pero lo que no sabían era que esa pintura era permanente.

La pantera rosa estaba triste pues esa noche tenía una cita. Sus amigas intentando arreglarlo le dijeron que: podía ir otra en su lugar; otra dijo que la cita sea a oscuras… al final la pantera rechazó todas las propuestas.
Paso un mes y cuando salía a la calle todas las demás panteras se burlaban. Por ello decidieron ponerle el apodo <>.

Pasado el tiempo, la pantera leyendo el periódico en su casa escuchó que alguien golpeó a la puerta. Era un director de dibujos animados, le invitó a que pasara y le dio té con bizcochos Él le habló de su rareza de pantera y dijo que para los niños sería un gran espectáculo. Ella aceptó sin pensarlo, luego se fue y vinieron sus amigas envidiándola al enterarse de la noticia.

Una semana después ya estaba volando a Hollywood (Los Ángeles). Lo primero que hizo allí fue ver las estrellas y se imaginó que algún día su nombre estaría en una de ellas. En los estudios empezó a rodar y aunque estaba contenta se sentía sola. Pidió vacaciones y viajó a su país, las panteras entusiasmadas querían que ella les contase cómo eran Los Ángeles, los estudios, los camerinos... Pero la Pantera Rosa lo único que deseaba hacer era tumbarse en la cama y leer su periódico semanal; ver los diez suplementos; ponerse la mascarilla de noche...

Al final decidieron irse. La pantera rosa les habló a sus amigas de sus aventuras en Los Ángeles pero concluyó que no era tan divertido como parecía si estaban lejos las panteras a las que quería y les dijo que no le volvieran a gastar una broma así porque si no se iba a vengar de una manera súper divertida que no les iba a hacer ninguna gracia. Ellas se rieron, apagaron la luz y pese a las amenazas se durmieron como un tronco.

1 comentario:

¿QUÉ TE HA PARECIDO?