Un día, el rey de Júpiter, Cracke Pupiam, anunció una reunión
importantísima. La reunión era en el palacio más grande de Júpiter, es decir en
el de Cracke Pupiam (que se llamaba igual que su rey).
El rey estaba muy nervioso, por lo que los habitantes se preocuparon bastante. Cuando comenzó la reunión, todos estaban ya en palacio; pero Cracke Pupiam no salía. No se sabía el porqué. Minutos más tarde Cracke Pupiam salió a comprobar si sus informaciones estaban en lo cierto. Enseguida volvió a entrar porque no podía respirar.
Comenzó la reunión y el rey dijo que un virus se estaba expandiendo por la Vía Láctea: empezó en el aro de Saturno y se extendió a Júpiter. Comentó todo lo que sabía sobre el virus y los habitantes se preocuparon mucho más de lo que estaban, por miedo a infectarse.
Cracke Pupiam
intentó tranquilizar a su pueblo, tras eso, empezó su discurso:
-Habitantes de
Júpiter, un virus se está extendiendo por la Vía Láctea y yo, Cracke
Pupiam he planeado un plan para salvarnos del virus. Hay va mi plan: Mañana
vosotros os subiréis en una nave espacial e iréis a invadir a los humanos,
los esclavizaréis y cuando acabéis nos avisáis.
Cuando terminó
empezaron a salir los voluntarios y eran tan pocos que cabían en una sola nave.
Por el camino
empezaron a toser con exceso y a caérsele la carne. El virus les había
infectado, el ordenador de a bordo lo analizó y era zombie, pero eso no era lo
peor de todo, lo peor es que se dirigían hacia la Tierra pero, menos mal que en esta, la NASA se dio cuenta de lo que
iba a suceder y alertaron a todo el mundo para que se refugiaran en sus casas y
no salieran hasta cierto aviso. Pusieron militares protegiendo las casas y, los
científicos más listos del mundo (como Einstein) fabricaron un antídoto
compuesto por líquidos raros que por suerte, según estos comentaron, iba a
funcionar y así pudieron salvarse. Cuando la nave estaba ya en la Tierra el jefe de la NASA llamó a médicos para que
pudieran salvarlos. Cuando llegaron les pusieron una vacuna contra ese virus y
los jupiteños se dieron cuenta que los habitantes de la Tierra no eran tan malos,
así les ayudaron a reconstruir la nave para que pudieran volver a Júpiter. En la Tierra la gente estaba
alucinada.
Ya allí los jupiteños le contaron todo lo ocurrido Cracke
Pupiman y se alegró mucho, así que decidió aliarse con la Tierra.
Desde ese día Júpiter y Tierra se ayudan en todo, los habitantes
de cada planeta pueden viajar a lo largo y ancho de estos dos astros redondos.
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