TRES EXTRAÑOS EN MI CASA

El día de reyes, al ir a ver los regalos vi a unos extraños, si no me falla la memoria eran tres. Lo primero que hice fue chantajearles, proponiéndoles que me dieran el saco de juguetes a cambio de no llamar a la policía para que se los llevaran a la cárcel. No dudaron, me dieron el saco, incluido el trineo con los renos. Yo, que soy un traidor, llamé a la policía.

Cuando me aburrí de jugar con mis nuevos juguetes les propuse a mis padres ir a dar un paseo con los renos y el trineo. Los dos dijeron que sí, así que nos fuimos a volar por el barrio y, animados por la aventura, quisimos recorrer todo el mundo. Cuando llegamos a casa, me dio un poco de pena por lo de los extraños, al final les dije a mis padres que vendiéramos los juguetes para poder pagar la fianza de los presos.

Lo hicimos. Una vez libres tenían que vivir en la calle así que les construimos una casa al lado de la nuestra y en navidades nos hicieron compañía. Cuando empezaron a trabajar y tuvieron más dinero, dijeron que nos devolverían lo prestado y que como muestra de agradecimiento todas las navidades las pasarían con nosotros.