En una casa en el bosque, cerca de un lago entre pinos y montañas; detrás de un armario de la cocina, en la basura donde dejaban la ropa vieja vivía un chándal abandonado.
Le llamaban el chándal caducado porque lo compraron hacía cincuenta años los antiguos dueños de la casa y, cuando lo encontraron los nuevos, les pareció muy gracioso ya que tenía un aspecto como de otra época.
Se encontraba triste porque todos decían que era muy feo y se reían de él cuando le veían. Además, por ese motivo se encontraba solo y ningún niño se lo quería poner.
Los nuevos dueños lo metieron en la lavadora con jabón especial y suavizante; lo tendieron al sol entre los pinos y después lo plancharon y lo guardaron con otro chándal en la habitación de los niños, donde vivió feliz.
Que tiemblen Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges... pues ya están aquí los "relatistas" del futuro.
Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?
Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.
Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?
Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.
Pobre chándal.
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