LA CIGÜEÑA PARISINA

Esta cigüeña tan blanca como el azahar, procede de París.

A veces pienso si se habrá subido a la Torre Eiffel y, le habrá gustado tanto como a mí. ¿Esa cigüeña habrá ido mucho de tiendas?

Seguro que toda la gente vio a la cigüeña pues siempre estaba volando muy alto.

Un día tenía un poco de hambre. Se fue a comer algo y después cuando ya no tenía apetito echó a volar otra vez. Esta cigüeña siempre está alzando las alas hasta el punto de que la gente decía” madre mía, esta cigüeña siempre está volando”.

Os preguntaréis como la reconocía: pues porque por la noche se iluminaba como una luz y parecía una estrella. Pero como se movía mucho ya sabíamos que era ella.

La cigüeña parisina se fue de París aunque a los dos meses como lo echaba de menos regresó y volvió a hacer su vida, siempre volando, trayendo consigo a muchísimos amigos que se quedaron todos tan felices en París.