Que tiemblen Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges... pues ya están aquí los "relatistas" del futuro.

Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?

Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.

lunes, 26 de mayo de 2014

LA BODA DE MI MEJOR AMIGO (2º CLASIFICADO EN EL CONCURSO DE CUENTOS)

Estaba  durmiendo  en el  césped  bajo un árbol porque tenía  mucho calor. Me desperté cuando un cartel, de repente, fue hacia mi cara. En el cartel decía “El que nos salve de esta plaga va a ser recompensado por un cheque de 2.000.000 de euros“.

Yo pensaba mientra caminaba que no sabría que hacer con esos dos  millones. De pronto estando cerca del lugar del conflicto, pensé que sería mejor rodear la ciudad para  que no me atacasen los ratones. Lo hice con sigilo lo conseguí y le dije a esos sabios “yo me ocupo”. 

Me fui de la casa de los sabios, me iba a dirigir a la ciudad: ¿Sabéis con quién me encontré? Con el lobo feroz quien me preguntó ¿no habrás visto por casualidad a tres cerdos que querían hacer sus casas ellos mismos? Le respondí que sí, dije que estaban a la vuelta de la esquina. Se fue el lobo y tras la marcha me topé con mi mejor amigo: el Sastrecillo Valiente. Estuve hablando durante un par de horas y le dije que me tenía que ir  pues iba a ayudar a la ciudad de Hamelin para que me dieran la recompensa. Pero él no sabía que el dinero era para su boda. Bueno, yo estaba muy cansado de caminar. Me quedé dormido un rato y los sabios que me vieron dormir me hicieron una broma por no trabajar: un sabio dijo: colocaremos en su cara una sartén le tiraremos agua y se dará con la sartén. Lo hicieron; me echaron mucha agua, me levanté muy asustado, me di un trompazo en la nariz con toda la sartén y dije  “¿Quién ha sido?  ¡Juro que le mataré!”

Cuando vi a  los sabios riéndose un montón (incluso uno lloraba de risa) le dije lo sentía por estar dormido pues estaba cansado porque hacía calor y me quedaba por recorrer a la ciudad  treinta millas. Tras disculparme otras tres veces me fui corriendo a toda velocidad porque tenía mucha vergüenza. Estaba enfadado con los sabios pero vi un cartel diciendo “una milla” yo me alegré saltando por el aire, pero cuando leí entero el cartel decía: “una milla para llegar a los Escara”. Más adelante pude leer veinte millas para llegar a la ciudad, yo seguí enfadado. Otra vez caminando cansado y de repente tuve una gran idea: me cogí un montón de arbustos excavé hasta encontrar petróleo, llorando de alegría, era mi salvación. Al lado de un lago cogí unas ruedas, construí como un coche arbusto, tenía cerillas prendí fuego aún cohete mini le puse el petróleo y ¿ sabéis lo que pasó?: Que el cohete en vez de funcionar como yo pensaba, explotó y yo fui disparado directamente al lago. Otra vez caminando empapado hasta que me dormí tan pancho. En cuanto me desperté fui corriendo a la ciudad de Hamelin con mucho ánimo. Había un cartel diciendo que para la ciudad de Hamelin solo faltaban diez millas más. Yo me alegré un montón. A lo lejos  me encontré a una anciana que necesitaba ayuda, pues iba cargada con diez bolsas. Como soy muy bueno con la gente adulta, no me quedaría de brazos cruzados. Le ayudé antes de seguir mi camino.  

Vi un cartel que ponía “Ciudad de Hamelin está a cinco millas pero cuidado, hasta llegar a la ciudad va a haber obstáculos” ¿qué obstáculos?, me pregunté. Caminé cien metros y me encontré el primer obstáculo. Tenía que saltar rocas de la verdad que preguntaban cosas para permitirte seguir el camino: “¿eres musculitos?”. La otra preguntó si tenía barba, y la última si tenía un traje ridículo de color verde.  Tras decirle la verdad a las tres seguí mi camino a la ciudad  de  Hamelin. Me puse  a  tocar  en  la  plaza  una  melodía  fantástica  y  los  ratones  vinieron hacia  a  mi. Caminaba   tranquilamente  por  un  bosque  en el que  había  un  río caudaloso. Lo  crucé  sin  problemas  pero  los  ratones se  ahogaron. Regresé a la ciudad y le dije a los sabios que me dieran la recompensa, pero solo me dieron 500 euros y encima que le quería dar a mi amigo todo el dinero…

 Furioso me marché al bosque pensando en mi venganza. Le di una patada a una roca, me dolía tanto que se me ocurrió una idea: inventarme una flauta nueva e ingeniarme una melodía nueva para conseguir que viniesen todos los niños. Durante una semana inventé una flauta. La otra semana  inventé una melodía hermosa. Tras todo ello caminé a la plaza muy furioso y me puse a tocar otra vez una melodía tan hermosa que los niños me persiguieron. Me fui a un barco navegué hasta América. Los dejé ahí con unos humanoides que siempre iban de huelga. Navegando me fui a la boda de mi mejor amigo el Sastrecillo Valiente. Yo estaba entusiasmado porque era el padrino de mi amigo. Tenía solo 500 euros así que le compré la Play 4, pero antes, me fui otra vez a América, cogí a los niños y en la boda hice un concierto.

Cuando  acabó la boda me fui con los niños otra vez a América, con los humanoides. Los niños me abrazaban porque ellos se divertían mucho con el humanoide. Navegando pensé en todo lo que había hecho y bueno, resumiendo, me lo pasé muy bien y ahora seguiré con mi feliz vida.


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