
En una isla acecha la maldad: los bandidos tienen el control de las calles y si te comportas mal con ellos te matan y te hacen desparecer por arte de magia. Pero aquí hay una persona que no tiene miedo de aquellos bandidos mal educados. Era un sicario, pues vino para matar a una persona que le debía dinero. Y cuando le encontró le despellejó y le sacó los ojos. Después le arrancó el corazón. Luego se lo llevó a una charcutería, lo vendió y obtuvo muchísimo dinero. Después le llamó su jefe y le dijo que matase al alcalde, pues estaba compinchado con los malos, y le llevara el corazón. Así lo hizo. Le dio mucho dinero. Pero el último bandido casi lo mata a él. Afortunadamente no lo hizo y nuestro héroe ganó y la ciudad se salvó de los malos.
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