
Estaba nervioso, no sabía que hacer, lo llamaron para hacer un trabajo de lengua. Steven aceptó, empezó a escribir en el ordenador. Desconocía como empezar pero su madre le dio ideas y él lo puso unas cuantas en el ordenador. Luego llamó a su padre y este le dio otras ideas y él lo escribía todo.
Terminó el cortometraje, se puso el abrigo cogió el “pincho” y metió el cuento. Se fue al colegio, se lo enseño al profesor en el ordenador y este quedó encantado del talento como cuentista de uno de los directores de cine más famosos del mundo.
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