Érase una vez un pueblo muy lejano donde vivía una familia que estaba preparando la cena de Nochebuena. De repente, sonó al timbre de la puerta, a la vez sonaba el teléfono fijo, las luces se apagaban y se encendían. Los tres salieron pitando de la casa.
Iban de camino a casa de su hermana. Ellos decidieron quedarse a dormir, pero, ella no quería. La familia empezó a cenar, cuando el espíritu salió de debajo de la mesa y se puso de pie mirándoles fijamente.
El horrible espíritu tenía la cara llena de sangre, un vestido negro y roto por todas partes y les dijo que se fueran de la casa del pueblo porque esa casa estaba encantada por los espíritus navideños.
Ellos fueron de camino al aeropuerto porque en otra ciudad tenían una casa muy grande. Más tarde en el aeropuerto dijo que el avión iba a retrasarse hasta mañana siguiente. Ellos durmieron en el aeropuerto porque no tenían ninguna casa en la ciudad.
Pasó el día y el espíritu navideño les seguía hasta el avión y rompió el cable de la luz. Mató al que conducía el avión. Bajaba sin que nadie lo controlara. Todos los que estaban en el avión murieron y se convirtieron en espíritus.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿QUÉ TE HA PARECIDO?