
El ratón tenía una pena muy grande dado a que a él le gustaría ser escritor de libros. Quería aprender a escribir libros pero no podía aprender dado a que nunca se acaba de leer los libros que le gustaban, porque cuando le faltaban dos páginas lo fulminaba. El ratón estaba desesperado hasta que poco a poco consiguió leer los libros salvo la última página.
Cuando el ratón ya podía leer todos los libros, le vio una familia y se asustó muchísimo, por el poder del animalillo. Pero al final, después de mucho hablar entendieron que era un ratón especial y fueron todos amigos.
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