El viejo vecino que odiaba la Navidad planeó disfrazarse de Papá Noel parra asesinar a todos los niños de la ciudad. Alguien alertó a la policía, y detuvieron al viejo y fue a la cárcel.
Cuando pasó la pena del viejo, se fue a su casa, pero, el no aprendió la lección. Seguía sin cumplía las normas.

Al cabo de un año siguió matando niños, o eso pretendía. Esta vez quería matar a Raúl, un niño de la ciudad.
Raúl y sus amigos se fueron parque a jugar y el viejo aprovechó para pegarle y meterlo en el maletero del coche para llevárselo a su casa.
En la casa del viejo Raúl estaba muy asustado porque él creía que le iba a hacer cosas malas y efectivamente así era. Lo quería matar.
En el parque la gente estaba muy preocupada porque era muy raro que no hubiese vuelto para el partido de fútbol. Todos estaban muy preocupados.
La policía empezó a inspeccionar la zona pero el viejo vivía muy lejos de ahí.
En la casa, el niño gritaba y el viejo decía que nadie le iba a oír. Y al parecer algo de razón tenía porque: tú le has escuchado.
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