Soy una tortuga muy guapa.
La liebre es mi enemiga y se ríe de mi porque soy lenta Yo soy lenta pero soy
una tortuga y eso es normal. No me gusta que se rían porque tengo sentimientos.
Yo pensé- “¿Y si la liebre y yo hacemos una carrera?” Me acerqué
a la liebre y le dije “¿Hacemos una carrera?” La liebre dijo que si.
Empezó la
carrera y Caperucita dijo: “6, 5, 4”
el Gato con botas dijo: “3, 2,1” .
Corrimos y corrimos mucho y de pronto empecé a volar y me llevó a otro cuento.
Era el de Cenicienta. Yo vi a Cenicienta llorando porque sus hermanastras le
rompieron el vestido y entonces supe que el hada madrina era yo y de pronto
tenia poderes. Le hice un vestido azul y zapatitos de cristal.
Se fue al
baile y sonó el reloj y yo me fui a otro
cuento. Fui al cuento de Juan sin miedo, un niño que no sabe qué es el miedo.
Yo le dije: “¿como te llamas?”
–“Me llamo Juan”
–“Yo me llamo la tortuga
parlanchina, ¿nos hacemos amigos?, pues ya lo somos.”
_”¿Tu conoces la historia de “La liebre y la tortuga”? Dijo
Juan sin miedo.
–“Es que te pareces
tanto a la tortuga…”
-“Si, me lo dicen
mucho. Me tengo que ir, adiós.”
Empecé a volar y a volar hasta que llegué a mi cuento. Cuando
abrí los ojos, vi a la liebre corriendo
a lo lejos. Yo empecé a correr porque la liebre iba a ganar la carrera.
La
liebre se empezó a cansar y se sentó debajo de un árbol a dormir porque pensaba
que iba a ganar la carrera. ¡Es mi momento! Voy a intentar ganar la carrera.
Intento correr todo lo que puedo pero soy lenta porque soy una tortuga. Poco a
poco veía la meta y creía yo que nunca iba a llegar.
Cuando pasé por donde
estaba la liebre la vi dormida y pensé que toda la vida me estaba pasando muy
rápido y dejé de correr. Y la liebre se
despertó y me vio pasando la meta, se puso a correr para que yo no ganara y
¿sabes quien gano? ¡la liebre!... Es broma, gané yo. Desde entonces la liebre
no se mete con nadie.
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