Que tiemblen Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges... pues ya están aquí los "relatistas" del futuro.

Desde un rincón de Vallecas, derrochando creatividad mientras buscan su estilo, tengo a bien presentarles estas pequeñas joyas literarias. ¿Quién sabe si será el comienzo de algún gran escritor?

Mientras salimos de dudas estos jóvenes "cuentistas" continuarán sacándole punta al lápiz.

jueves, 12 de junio de 2014

MUDITO

Hace mucho tiempo, yo vivía en un bosque en una casita con mis seis hermanos; éramos muy felices, todos los días íbamos a  trabajar  a la mina y por la tarde  volvíamos cantando a nuestro hogar.


Un día, al llegar a casa  nos encontramos que había entrado alguien; con mucho miedo pasamos despacito y sorprendidos  nos encontramos  con  una bella niña durmiendo en nuestras camas.

Se llamaba Blancanieves  y nos contó que su madrastra la quería matar. Nosotros le dijimos que se podía quedar a vivir en nuestra casa, que allí, no la encontrarían y sería muy feliz.
  
Pasaron los días y todos éramos muy dichosos con nuestra nueva amiga Blancanieves, ella también estaba muy contenta y tranquila.

Una tarde, cuando volvimos de la mina, encontramos a Blancanieves caída en el suelo, parecía muerta. Llamamos a los animalitos del bosque y la pusimos en una urna de cristal  llenas de bonitas flores.

Estábamos todos llorando, cuando de repente apareció un hermoso príncipe a lomos de su caballo. Se acercó  a la urna  de cristal  y al  verla  tan bella le dio un beso en la frente. Blancanieves que se había atragantado con un trozo de manzana envenenada, despertó al instante y se le quitó el hechizo.

Yo, de la emoción pude hablar y exclamé “¿Qué te ha pasado?” y  Blancanieves nos explicó que una anciana le había dado una manzana y que al morderla se había desmayado.

Blancanieves y el príncipe se casaron y fueron felices en su reino. A mi me llevaron a vivir con ellos, yo ya podía hablar. Al pasar los años, tuvieron una hermosa niña con la que yo jugaba mucho. El día que su hija cumplió dieciocho años, se pinchó el dedo con una aguja y quedó hechizada con un maleficio, que le hizo la bruja mala que no había podido matar a Blancanieves y ahora quería destruir a su hija.

Yo avisé al hada madrina de Blancanieves y ésta, suavizó el maleficio y en vez de morir la niña, caímos todos en un profundo sueño durante cien años.

Al cabo de este tiempo, un príncipe que paseaba por los alrededores del castillo, vio todo en silencio y extrañado, entró a ver qué nos sucedía.

Al encontrarse a todas las personas de palacio durmiendo, no podía creerlo y pensó que allí había ocurrido algún encantamiento. Estuvo pensando como deshacerlo pero no se le ocurría nada, probó a cantar, probó a soplar, probó a saltar…. Pero nadie despertaba.

Hasta que al fin entró a los aposentos de mi princesa y la vio tan dulcemente dormida que no pudo evitar darle un beso en la frente. Al instante despertó y yo también, y después fueron despertando una a una todas las personas de palacio y del reino.

El príncipe y la princesa se casaron y se fueron a vivir a su país donde tenían que reinar. Me querían llevar a mí con ellos, pero yo les dije que no, que yo debería permanecer toda la vida con Blancanieves, pues así lo había prometido cuando la conocí.



Celebramos una bonita boda que duró tres días con tres noches, donde hubo bailes, juegos, competiciones, un maravilloso banquete… Después los príncipes, se despidieron de los reyes y marcharon a su reino donde vivieron felices, para siempre, y yo me quedé con Blancanieves en el castillo, vigilando que la bruja mala no volviera a hacer ningún hechizo.


Y colorín colorado, con estos cuentos un buen rato hemos pasado.

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