Había una vez tres lobitos llamados: Robi, Toni, y Bobi. Vivían con un lobito llamado David en una granja llamada el “gran rancho”. De cachorros se llevaban muy bien hasta que llegó una señora que se quedó a vivir allí.

La señora siempre le daba achuchones a los lobitos, les besaba les daba premios, los llevaba a pasear pero al cerdito no y entonces cuando el cerdito creció se quería vengar de ellos. Robi tenía una casa de paja muy grande, Toni de madera y Bobi de ladrillo, pues era el cerebrito del grupo. Él les dijo a sus hermanos que se hicieran la casa de ladrillo porque si no el cerdito derrumbaría las casas cuando fuera a molestarles, pero no le hicieron caso. Pasado un tiempo los lobitos seguían presumiendo de lo que tenían; entonces el cerdito no se aguanto más y fue a molestar a los lobitos. Primero fue donde Robi y le dijo que quería entrar y Robi no le dejó entrar; entonces el lobito dijo: “me dejas entrar a la de una y Robi decía “nooo”, “a la de dos” “que nooo” “a la de tres derribo tu casa” y el cerdito la derrumbo. Entonces se fue corriendo a la casa de Toni, “a la de una”, “nooo”, “a la de dos”, “que nooo”, “a la de tres” y el cerdito derrumbo la casa de Toni. Y se fueron corriendo ala casa de Bobi: “a la de una” y Bobi decía “te vas hacer daño” y entonces el cerdito se enfurecía más “a la de dos” y “Bobi te vas a hacer daño…”, “a la de tres” y el cerdito al empujar la puerta se hizo mucho daño y la señora lo llevó al veterinario y allí el cerdito tumbado y la señora le dio un abrazo y le dio un beso y el cerdito dijo “a mi también me quieres” y la señora dijo “sí, a ti y a los lobitos” entonces el cerdito se puso muy feliz. Pasado un rato el veterinario lo curo y se fueron los dos a la granja el cerdito. Luego visitó a los lobito y ellos le preguntaron “¿qué vienes a hacerte más daño?” y el dijo “noo, vengo a pediros perdón por lo sucedido” y los lobitos volvieron a preguntar “¿a pedirnos perdón?” y el cerdito dijo “sí” he estado haciendo el tonto durante todo este tiempo llamando, la atención para que a mi también me abracen y me besen. Entonces los lobitos le perdonaron y se abrazaron. entre todos. El cerdito dijo “por hacer esto os voy a ayudar a construir las casas que yo he derribado”.
Todos se pusieron manos a la obra. Cuando terminaron las casas fueron todos a por un helado para celebrarlo sucedido entre ellos y a partir de ahí dormieron siempre juntos.
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