
Hace poco, mi mejor amigo, llamado Lapsi me contó una cosa que me impactó mucho al oírla pero bueno, que se le va a hacer. Me dijo que su madre estaba muerta y su padre estaba en el hospital por una enfermad muy común en esta ciudad, y resulta que también era mortal. Yo, se lo dije a mis padres y fuimos a casa de este y le dijimos que íbamos al hospital que si quería venir y el dijo que si medio sollozando, yo le dije que se tranquilizara que iba a salir bien pero el seguía medio llorando. Mientras que llegábamos me dijo al oído que el en realidad no era un humano sino un ángel y que si moría su padre el desaparecería.
Cuando llegamos dijo que solo le acompañara yo y mis padre se quedaran en el coche. Cuando entramos en la habitación 1451 (curioso número) vimos al padre que se emocionó al ver a su hijo pero al darle la mano el padre se fue quedando sin fuerza, hasta que la máquina del pulso del corazón indicó que se le había parado y Lapsi se estaba desvaneciendo. Cuando empezó al llorar desapareció por completo y me quedé con una especie de lágrima de color dorado la cual se abría y me mostraba en imágenes todos los buenos y malos momentos que habíamos pasado juntos.
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