Viajando por la carretera uno de los camiones volcó por culpa de la lluvia: entonces todos, magos, domadores, payasos etc. ayudaron. Se dieron cuenta que faltaba una de las jaulas: la de los osos polares. Cogieron lo necesario y fueron en su búsqueda. No hizo falta suministrar tranquilizantes a los componentes del circo pues la jaula estaba volcada y la puerta abierta. Pese a estos inconvenientes los osos seguían en el interior de la jaula. Estaban esperando a su domador y con él vino la familia de los osos polares. Los veterinarios dijeron que era algo extraño, puesto que son animales peligrosos.La realidad es que cuando vieron a su domador los osos lo reconocieron y se tranquilizaron, les crió desde pequeñitos con sus cuidados tan especiales y alimentos y ellos lo sabían.
Cuando todos los integrantes del circo estaban allí, abrazando y besando a los osos, ellos solos se metieron en sus jaulas correspondientes y volvieron todos juntos.
Al día siguiente la carpa del circo estaba montada.
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