
No sé muy bien si fue por la gran cantidad de litio en la atmósfera, que me producía un estado de continua paz y calma o el deseo de ser como ellos. Pero lo cierto es que los versos salían del mismo aire y del mismo cielo.
Allí encontré un pueblo unido en una fogata común, compartiendo su existencia con todos nosotros y disfrutando de los mejores atardeceres de una vida.
Me costó años encontrar esos colores, ese calor humano, esos lagos, esa lluvia… Y por fin lo había conseguido. Un minuto solamente de contemplación ya había merecido la pena después de tanta búsqueda.
Estaba pletórica. Lo había logrado. Pero no me quedaría un minuto. Estaría horas y horas apreciando el arte que tenía ante mis ojos. Atacama, eres especial. Eres única.
Estar, está muy bien; pero Atacama es un desierto y una provincia chilena, no es un país. Nacho.
ResponderEliminarme ha parecido muy interesante.
ResponderEliminarSouad Fatmi Haroui