Federico siguió caminando en su barrio durante mucho tiempo hasta que se cansó y entró en un bar llamado “Los cochinillos”, en el que comió mucho hasta engordar 1k, y se fue a su casa a descansar porque sabía que mañana volvería a su bario en busca de trabajo.
Al día siguiente se duchó, salió y se fue a la cafetería, en frente de la comisaría a desayunar. Sentando en la silla bebiendo café y comiendo napolitanas, vio que una pareja de chicos encapuchados de negro y con guantes rojos… no sabía si era para llamar la atención… pero bueno a lo que íbamos; esos dos chicos cogieron todo el dinero de la caja y se montaron en un Ferrari rojo y otro negro en los fue se fueron a toda prisa. Federico los vio y en seguida pago, cogió su coche y les persiguió. A los “chicos malos” por suerte se les pinchó una rueda del coche, intentaron escaparse con en dinero pero Federico los cogió y los llevó a la comisaria. Los policías lo vieron y se alegraron. En un momento inesperado el jefe salió con una sonrisa de oreja a oreja y le dijo “Federico ¿quieres ser de los nuestros? Aceptó y empezó ese mismo día a trabajar.
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