No cesaron en la persecución; seguían queriendo comerme... Fue entonces cuando busqué otra tienda de veneno (pero de una buena marca). Al encontrarla, lo compré y me lo eché.
Desde ese momento pude pasear tranquilo por la calle, pude jugar y hacer una vida normal. Y todo ello sólo con una buena marca de veneno.

Me ha gustado mucho, es muy divertido. De Jorge.
ResponderEliminarMuy bonito el cuento
ResponderEliminarEs muy bonito,escribes muy bien.De souad
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